Cuando parecía que tenías controlada ‘la teta’, llegan las crisis de lactancia o escalones de crecimiento. Y sí, en plural, porque a lo largo del tiempo pueden darse distintas crisis de la lactancia, pudiendo ser la primera a las 3 o 4 semanas del bebé.
Así que si notas que tu bebé demanda más pecho de lo habitual, o está más irritado o inquieto que de costumbre, es posible que te encuentres en una de las temidas crisis de lactancia.
En este artículo encontrarás información sobre qué es una crisis de lactancia materna, cuándo tiene lugar y qué hacer en caso de estar pasando por una.
Si tienes dudas sobre cómo superar una crisis de lactancia, y te gustaría recibir una consulta en casa, no dudes en contactar con Ana López, matrona a domicilio en Granada y consultora de lactancia materna (IBCLC).
Te puede interesar: ¿Con qué frecuencia cambiar el pañal del bebé?
¿Qué es la crisis de lactancia?
Las crisis de lactancia son períodos de tiempo durante la lactancia en los que el bebé parece querer mamar con más frecuencia y durante períodos más largos. Esto puede hacer pensar a la mamá que su hijo, o hija, no está produciendo suficiente leche.
Se trata de una parte normal dentro del proceso de la lactancia materna, y pueden estar causadas por diversos factores.
Las causas de las crisis de lactancia materna más comunes son:
- El propio crecimiento del bebé
- Cambios hormonales en la madre
- Desarrollo de nuevos patrones de sueño del bebé
- Aumento de la demanda de leche materna por un mayor nivel de actividad o un aumento en su apetito.
¿En qué momento pueden aparecer?
Aunque las crisis de lactancia pueden aparecer en cualquier momento durante el tiempo que se le da de mamar al bebé, existen momentos en los que es más común que esto ocurra.
Crisis de las 3 o 6 semanas
Este es el momento en el que se establece la lactancia materna. La producción de leche se ajusta a las necesidades del bebé, por lo que este puede cambiar su comportamiento y querer mamar durante más tiempo, incluso demandar la teta cada 30 minutos y llorar si no la tienen. Además, es normal regurgitar leche pero querer seguir mamando.
Es normal que esta crisis se repita también al mes y medio de vida.
La crisis de los tres meses
Alrededor de los 3-4 meses de edad del bebé se produce otra crisis. La crisis de los tres meses es para muchos la más complicada, ya que afecta tanto a la madre como al bebé. Los niños parecen necesitar menos leche, hacen tomas más cortas y no demandan el pecho tan de seguido. Las deposiciones también se espacian más y la madre se nota el pecho más blando. Esto ocurre porque los bebes se han convertido ya en grandes expertos en mamar, por lo que necesitan menos tiempo para adquirir la misma cantidad de leche. Además, se entretienen más por el desarrollo del sentido de la vista y el oído.
En cuanto a la madre, su cuerpo se ha preparado para fabricar la leche en el mismo momento que el bebé succiona el pecho, sin tener que tener almacenada, con lo que el bebé tiene que hacer algo más de esfuerzo y esperar unos minutos para que comience a llegarle la cantidad a la que estaba acostumbrado.
Al año de vida y a los dos años los bebés pueden volver a pasar por una crisis de lactancia.
¿Qué hacer en una crisis de lactancia materna?
Estos son algunos consejos para superar una crisis:
- No forzar al niño a mamar o insistir para que tome el pecho.
- Intentar dar el pecho en un sitio tranquilo y oscuro, para evitar estímulos externos.
- No esperar que el bebé llore para darle el pecho.
- Paciencia, tal y como llegan las crisis, se van.